Mi hijo Juan dice:
Hoy me encontraba inmerso navegando por Internet, en concreto Forocoches, cuando me sobresalta un tema que capta mi atención...: el foro en cuestión está tratando de colarle al famoso y borreguil programa 'Sálvame' una foto trucada de un tal Fran, marido de la curranta Belén Esteban, en actitud más que cariñosa con una rubia desconocida.
Atendiendo al sentido común, se puede decir que un programa susceptible de ser visto por millones de espectadores a diario analizaría la foto y, tras descubrir la tapadera, la desecharía por razones obvias y con el fin de no desatar más polémica de la poca que tiene una nimia foto hecha aprisa y por manos claramente amateurs en Photoshop.
El problema es que el sentido común no es la mayor de las virtudes de este programa. Por supuesto, al momento de recibir la foto ésta sale a la luz y se comenta en plató con un claro tono burlesco por parte de Kiko Hernández, el cual ironiza sobre la calidad artística del autor de tan fulgurante obra (recordemos que Kiko Hernández fue el encargado de quitar el molesto michelín de Sarkozy mientras éste navegaba en su barca, por tanto tiene motivos más que de sobra de hablar sobre Photoshop, es un claro entendido sobre el tema), y Belén Esteban indignada y clamando al cielo: “¡Ya está bien! Estoy harta de que me hagan daño y de dar de comer a toda esa gentuza”. En resumidas cuentas, todos jugando su papel con una soltura sorprendente.
Además, la cocainómana en cuestión se permite el lujo de enjuiciar a la rubia desconocida, sin tener la más remota idea de quien puede ser: “Es una persona de la que no digo la palabra, pero que me encantaría decir hija de p*** porque es lo que es”. Al día siguiente se descubriría que la protagonista de la foto es Sofía Franco, presentadora de un programa de la televisión peruana.
Ahora, procuraré centrarme en la dinámica del programa y, en general, en todo lo referente a la telebasura. ¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, sigamos dando coba a todo este tipo de mierda televisiva? Si realmente ellos ven lícito actuar como gallos de corral en un plató de televisión, despotricando a todo ser viviente con una mínima presencia mediática, adelante, dejémosles, no debería preocuparnos. Pero... ¿por qué somos tan imbéciles de alimentar su sed pseudoperiodística?
Es desesperanzador ver como se regocijan de sus multitudes de premios televisivos bañados en oro de 16 kilates, ver cómo la audiencia de semejante escoria televisiva se mantiene en unos niveles altos, ver cómo personajes y gentuza de mala muerte se embolsan los bolsillos a diario a base de hundir la vida de personas aparentemente inocentes...
El mundo se ha vuelto loco. Sí, lo afirmo. Tengo suficientes pruebas para ello: estamos dando una audiencia media de dos millones a un par de mariconas malas, a una yonki inculta, a una demente deseosa de participar en Eurovisión, a un calvo gafapasta y a un par de rubias brujas.
Sé que seréis pocos, pero los que lleguéis hasta esta línea, y ello signifique que os hayáis leído todo el ladrillo que acaba de poner este imbécil cuentahistorias en Tuenti, hacedme un favor: en uno de vuestros muchos días aburridos haciendo zapping (por hacer algo), si os topáis con algún programa de este tipo, apagad la tele y leed un buen libro. Al menos así no terminaréis como ellos. Suena esperanzador, ¿verdad?
