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lunes, 8 de febrero de 2010

Aquellos autos locos de mi infancia y juventud

En esta sección os quiero mostrar los vehículos que tuvimos en nuestra casa y algunas anécdotas que nos ocurrieron con ellos.







El primero que recuerdo fue un Seat 850, aunque tengo constancia que antes de estar yo pensado, mis padres tuvieron dos motocicletas con side car, que creo fueron una lambretta y una sanglas. Éste dato lo confirmaré con mi hermano.








El Seat 850 verde botella, la verdad que de este coche no tengo muchos recuerdos. En este caso he tenido que acudir a mi hermano para que me eche una mano, me ha facilitado la matricula (que yo no la sabía) y me ha contado una pequeña anécdota de cuando mi padre lo compró.

La anécdota se refería al color del coche, un amigo de mi padre le recomendaba un color más oscuro, pero mi padre se decidió por un verde botella. Por cierto, el amigo desapareció al poco tiempo de que mi padre le dejara dinero. Ya se sabe, los amigos quieren opinar hasta del color del coche que compras, pero cuando hay dinero de por medio, entre la amistad y el dinero, lo segundo es lo primero.

Aquí os presento al segundo, un Simca 1200 Blanco




Simca 1200 Blanco, con este coche mi padre estaba loco de contento, decía que tenía un maletero grandísimo que le vendría muy bien para su negocio (telero) y para los viajes que realizábamos a Málaga todos los veranos. Recuerdo cuando llegaba una cuesta arriba y mi padre se ponía más ancho que largo cuando el coche respondía a la perfección en la subida sin quedarse ahogado como le pasaba a otros. Con la ilusión del coche nuevo es cuando decidí el que me iba a comprar de mayor a pesar de mi corta edad, toda vez que mi hermano insistía que él se compraría un SEAT 124 y yo por supuesto inmediatamente comentaba que el mío sería un 125. Cosas de críos, ya que el 125 no ha existido nunca. También, hay recuerdos desagradables, porque una mañana bien temprano (de noche todavía) cuando mi padre salía para trabajar, al arrancar el coche empezó a echar humo, al parecer se quemo alguna pieza del motor y no podía apagarlo, al ser tan temprano no había nadie por la calle, pero como si fuera un fantasma apareció un señor que sin dudarlo se subió en lo alto del coche y empezó a orinar sobre la llama logrando apagar el fuego. Decir que este señor no era ni conocido nuestro, pero antes las cosas eran así, primaba la bondad, buen ánimo de colaboración sin esperar nada a cambio y amistad. Y digo esto último porque esto es lo que pasó, este señor y mi padre mantuvieron una buena amistad. No recuerdo bien, pero la amistad empezó porque mi padre tuvo que buscar al “hombre salvador” para devolverle el reloj que se le cayó en el motor del coche al tratar de apagar el fuego.

Por último, decir que con el Simca mi hermano se inició como chofer, mi padre que siempre fue muy atrevido para dejarnos el coche, enseñó a mi hermano desde bien jovencito a conducir.



El Land Rover ... un coche de batalla




Land Rover 109 Largo, el color era verde a pesar que el de la foto que he subido es marrón. Pasó de ser el coche de Rafael el carpintero de El Gorronal (Villalba) al vendedor de telas “El señor Pepe”. Que pasada señores, como se veía el resto del mundo automovilístico desde lo más alto de ese pedazo de “tanque”, que sensación de seguridad y por supuesto que capacidad de maletero para el negocio. Anda que no ha dado bandazos por los caminos de Los Negrales, Alpedrete, San Yago…. no había temores a los barrizales. Por cierto, con este aprendí yo a conducir, y no se me olvidará cuando mi padre me dejaba traerlo de Villalba, por supuesto, sin carnet, y me decía cuando veíamos a la guardia civil de carretera “anda acelera, que vas diciendo que no llevas carnet”. Al final acabó en Málaga, mi padre se lo vendió a un paisano del pueblo que cuando vino a recogerlo a Madrid casualmente jugaba el Málaga con el Atlético de Madrid y fuimos a ver el partido al Calderón.

Sobre este coche tengo muchas anécdotas que posiblemente ponga más adelante, para no ser muy cansino ahora.




Un lujito que se dieron mis padres


Peugeot 505, lo primero que recuerdo de este coche es el día que fuimos a recogerlo. Estoy completamente seguro que fuimos los cuatro miembros de la familia (mi padre, mi madre, mi hermano y yo) de lo que no estoy seguro si mi cuñada Toñi (por aquel entonces novia de mi hermano) también venía, yo creo que si. Lo curioso fue que vimos en el concesionario-taller a Georgie Dann que al parecer llevaba o recogía su Peugeot, y demostró que no es tan risueño como nos quiere hacer ver en sus canciones, vaya rebote llevaba el menda. Éste se puede considerar el primer coche que tuvo mi padre que no fue para la batalla, lo reservaba algo más para uso particular, aunque viajaba todos los sábados a Villalba para el cobro por los pueblos de alrededor. Ni que decir tiene, que con el Peugeot ya me consolidé como conductor, eso si, todavía sin carnet.




La F6

Una vez que mis padres vendieron el Land Rover compraron una furgoneta mas “manerita” R4 - F6 para el trabajo diario. Mi padre ya estaba mayor y algo delicado para subir y bajar del “bicharraco” (Land Rover) que por cierto no tenía dirección asistida tampoco y no había brazos capaces de mover el volante.

Aquí dejo la que creo fue la matricula, lo he consultado con mi hermano y con los primos que se quedaron con ella, porque si, la F6 también al igual que el Land Rover acabó en Málaga en manos de una de mis primas, y ninguno de ellos me la pueden confirmar.

Como anécdota comentar que cuando la compraron, vino mi primo Pepe a Madrid a recogerla, junto con su padre (mi tío Salvador) y con Mary, que por aquel entonces era la novia de mi primo. Recuerdo que los acompañé hasta la salida de la carretera de Andalucía, yo volví en la salida de Villaverde y a menos de una hora de camino multaron a mi primo. ¡¡¡ Buen estreno de coche!!! Eso es lo que le decía mi tío a mi primo, que por supuesto ya hizo todo el camino “atacao”.



El último coche que tuvo mi padre, el R19


Como anécdota decir que el R19 también acabo en Málaga, en este caso en manos de mi primo Pepe.

1 comentario:

  1. Sólo cómo curiosidad, decirle que el SEAT 125 no existió, porqué la empresa no lo estimó oportuno. Recordará usted que SEAT por aquellos años fabricaba modelos Fiat bajo licencia, escojiendo entre la amplia gama del fabricante transalpino aquellos que estimaba oportunos para el mercado español. Uno de los modelos que no se llegó a fabricar nunca en Zona Franca fué el Fiat 125, que venía a ser algo así cómo un súper-124. Así pues, su sueño de adquirir un 125 para superar al 124 de su hermano no era ningún imposible (al menos en cuanto a la existencia del vehículo).
    Saludos

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