Como sabéis los seguidores del blog, mi niña Ana desde hace un tiempo tiene que llevar un corsé para dormir, y desde entonces hace todo lo posible para no acostarse en su cama, intenta por todos los medios dormir conmigo.
Bueno, como la mayoría de las noches se sale con la suya, resulta que por la mañana nada más que suena el despertador para ir a trabajar, ella también se despierta y repite cuatro cosas, como si fuera algo mecánico.
1.- Me da un abrazo
2.- Me da un beso
3.- Me dice un te quiero
4.- Y me dice un... Papi, quítame el corsé
Todas las mañanas en ese momento tengo unos sentimientos encontrados. Por un lado, una gran felicidad por su abrazo, por su beso y por decirme que me quiere, mientras que por otro me entristece verla tan incómoda con ese "armatoste" que tiene que llevar puesto todas las noches.
En este caso son tres cosas positivas (75%) ante una negativa (25%), pero os puedo asegurar que cuando los porcentajes se desvían hacía lo negativo, suman más esos pequeños gestos buenos, que los que pudieran restar los malos momentos.
Hoy quiero ver así las cosas, mañana no sé.
Venga, os dejo, voy a enjuagarme los ojos, que están a punto de levantarse mi mujer y mis hijos y no quiero que me vean llorar.
Bueno, como la mayoría de las noches se sale con la suya, resulta que por la mañana nada más que suena el despertador para ir a trabajar, ella también se despierta y repite cuatro cosas, como si fuera algo mecánico.
1.- Me da un abrazo
2.- Me da un beso
3.- Me dice un te quiero
4.- Y me dice un... Papi, quítame el corsé
Todas las mañanas en ese momento tengo unos sentimientos encontrados. Por un lado, una gran felicidad por su abrazo, por su beso y por decirme que me quiere, mientras que por otro me entristece verla tan incómoda con ese "armatoste" que tiene que llevar puesto todas las noches.
En este caso son tres cosas positivas (75%) ante una negativa (25%), pero os puedo asegurar que cuando los porcentajes se desvían hacía lo negativo, suman más esos pequeños gestos buenos, que los que pudieran restar los malos momentos.
Hoy quiero ver así las cosas, mañana no sé.
Venga, os dejo, voy a enjuagarme los ojos, que están a punto de levantarse mi mujer y mis hijos y no quiero que me vean llorar.