Ayer día 3 de diciembre estuvimos celebrando la comida de Navidad los compañeros de la oficina. La verdad es que ha sido muy a principios del mes, pero por distintos motivos no encontrábamos una fecha que nos cuadrara y que fuera más cercana a las fiestas navideñas.
En primer lugar quiero hablar del restaurante donde nos reunimos, se llama Mesón Huesca, y está en el popular barrio de Carranque. Nos dispensaron un trato superagradable, el propietario José Ignacio, nos recibió en su “casa” ofreciéndonos unas entradas sencillas pero exquisitas: revuelto de espárragos, buñuelos de bacalao con miel, chistorra, paté, etc. A continuación disfruté de un plato de secreto ibérico espectacular, tanto en cantidad como en calidad.
Niña Pastori
Burbujas de Amor
Fue una tarde-noche muy entretenida, en la que hablamos de infinidad de cosas, sin dedicarle ni un minuto al trabajo, a pesar de ser una reunión de compañeros. Cada uno de nosotros aportamos algo divertido a la reunión.
Elena - Entre otras cosas nos deleitó con su conocimiento del callejero malagueño, hasta el punto que comentamos más de uno de los que nos encontrábamos en la mesa que su profesión frustrada ha sido la de taxista.
Vanesa – Aportó bastante buen humor desde antes de llegar al restaurante, ya que se “perdió” un poquillo para llegar, pero claro le fue fácil tomar una decisión para llegar a su destino. Si, si, eso que estáis imaginando… por supuesto que llamó a Elena para que le orientara.
José Carlos – A pesar de su apariencia seria, amenizó la mesa con un buen recital de chistes de lo suyos, cortitos, como él dice que le gustan.
Juan Francisco - Participó también con unas gotitas de buen humor, contando anécdotas e intentando pillarnos con rimas fáciles, la del cinco, la del trece. Bueno, ya sabéis los que lo conocéis, con ese humorcillo picarón.
Juan - O mejor decirle Miguel… y eso por qué? Pues resulta que nos estuvo representando las historias que contaba Gila, y se sabe los textos de memoria hasta el punto de que lo único que yo eché en falta fue un teléfono negro para que fuera calcado al grandísimo humorista.
Yo no sé si aporte más o menos, pero lo que si sé, es lo bien que me lo pasé. Me reí una barbaridad y os prometo que no estaba con ningún “puntillo” ya que las risas empezaron incluso antes de tomar la primera cerveza. Me gustó mucho el buen rollo que había entre todos, las risas de Elena, los “apuntes” de Vanesa, los chistes de José Carlos y las anécdotas que contaron los “Juanes”.
Somos IgnacioY Elia,agradecerte de corazon lo bien que hablas de nuestro restaurante,y felicitarte por el blog tan bonito que tienes ,ademas de informarte de que nosotros tanbien tenemos una casa em el "Lugá"y es donde mejor estamos del mundo hemos estado mas de media hora viendolo casi todo y nos parece un blog muy romantico. Gracias de corazon
ResponderEliminarIgnacio - Elia