LAS PARRAS VIEJAS

Hoy 4 de agosto, hemos estado en Las Parras "viejas" mi hermano, mi primo Pepe y yo.

Desde bien temprano (08:10) ya estábamos en el pueblo, que después el camino con el sol se hace pesado. Al inicio de la excursión pasamos por el huerto de mi primo Esteban que nos obsequio con unos pimientos, berenjenas y calabacin (muy buenos para lo que ya sabéis).

Que curioso, a pesar de hacer tanto tiempo que no pasábamos por allí, aún recordábamos muchas de las piedras del camino, eso si, ahora mucho más cubiertas de tierra y suciedad que antaño, ya que  ha dejado de ser tránsito de personas en los lomos de sus mulas, antiguamente no daba tiempo a que se cubrieran de polvo y arena.

Mientras paseábamos, nuestro primo Pepe nos contaba las travesuras que había hecho de niño (el olivo donde lo encontró Pepe Pitre un día que estuvo perdido, los sustos que le daba a otra de nuestras primas diciéndole que venía Tarzan, etc.)

Después de un buen rato de camino llegamos al Puertecillo desde donde se ve el olivo que estaba el pesebre y, por fin, la última curva donde se ve lo que queda de casa (que la verdad es poco).

Una pena ver una casa de donde salió tanta vida hace años y que no se encuentre ahora más que escombros en ella. Bueno, a pesar de todo, recordamos los baños que nos dábamos en la alberca, los olivos de donde mi tío Salvador recogía tantas y tantas aceitunas, que después aliñaba con un sabor tan especial y particular, también vimos donde estaba la huerta, de donde recogía frutos y hortalizas que después daba a mi padre y tíos, por supuesto, como siempre, los mejores y más grandes.

Éste "toleano" dio un año 150 kilos de aceitunas. "Casi ná"

La fuente está seca, pero sigue teniendo su encanto, con los tres caños y el pilón. ¿Cuántos cántaros se habrán llenado allí?

¡¡¡ Hay que ver como son las cosas!!!

El majestuoso eucalipto que preside al lado de la casa, dice mucho de lo que fue ...

y la pared que queda en pie, dice mucho de lo que ahora es.

¡¡¡Que pena!!!

Ya de vuelta para el pueblo veíamos la vista del cementerio desde el camino, con el sol bien alto a pesar de la hora tan temprana, pero avisando que un par de horas ya estarían las chicharras anunciando otro día de calor. Y pasamos de nuevo por la Olla del Castillo y nos dio el aire en el Puerto de las Pitas (siempre hace viento) y volvimos a recordar esas piedras encastradas en el suelo, que al pasar los mulos hacían ese sonido tan característico con los cascos.

Ya en el pueblo, desayunamos en "El Alba" una buen pitufo con aceite del terreno, y prontito para Málaga que a la tarde teníamos comida familiar en Los Parales.

Tate y Pepe

Antonia y Chema

Isabel y yo

Justa

Mary, Toñi y Lucía

Susi y Ana Mari

José Carlos y Antonia

Juan, José María, José Antonio
Ana, Isa y Diana

Muy buen día que acabamos todos muy "a gustitos" ¿verdad?.

Que buena idea tuviste Tate.

Por aquí dejo alguna que otro foto que también hice ese día.